Jóvenes con trabas para organizarse


En el cantón las organizaciones juveniles son escasas. Se cuentan con los dedos de los manos. Las que existen deben superar los problemas de la falta de recursos y las trabas.

Ibarra es una de las ciudades con gran porcentaje de jóvenes. El 42.4% de la población (153 mil 622) ibarreña tiene menos de 20 años. Esto según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos.

A pesar de ello, pocas son las organizaciones juveniles. Los dirigentes explican que el problema es la falta de apoyo. Además la desconfianza de las autoridades para invertir en los proyectos.

Hablan los representantes
Oscar Cangas está seguro de esto. Él fue presidente del grupo de jóvenes de la Federación de Organizaciones Comunitarias de Imbabura durante cuatro años.


“Los gobiernos no tienen confianza en los jóvenes”, afirma Cangas. Él cree que aún se mantiene el estereotipo de que son irresponsables. “Pero hay quienes queremos salir adelante”, dijo Cangas.

Gabriela Yépez, activista del Movimiento “Jóvenes por la Vida” coordinador del proyecto GEO juvenil, está consciente del escaso apoyo del sector gubernamental para las iniciativas. Ellos prefieren trabajar con otras organizaciones. Ella afirma que “ganas no faltan” por emprender proyectos juveniles.

De igual manera opina Franz Del Castillo, elegido en el 2008 como presidente de la Asamblea Cantonal de jóvenes. Él cree que a todo lo que quieren hacer los jóvenes se le pone trabas.

Para muestra un botón
La Casa de la Juventud sabe lo que es no contar con recursos. Hace cinco años fue creada. El objetivo era generar actividades de formación y contar con un espacio para los jóvenes.

En un inicio tuvieron apoyo de diferentes organizaciones, colaboración extranjera, direcciones ministeriales, incluso el Municipio ayudó con el pago del arriendo. Un aporte de 270 dólares mensuales.

Ahora la historia es otra.
Hace poco casi se quedaron sin casa. La Municipalidad apenas renovó el convenio del pago del arriendo. Esto mientras cuatro meses ya corrieron y había una deuda por concepto de arriendo de casi mil dólares.

Ahora los jóvenes esperan que se concrete el pago del sitio. Mientras tanto los dirigentes preparan los cursos de verano y un festival. Esto a pesar de que no cuentan con presupuesto.

Gabriel Vaca, coordinador, cree que todo lo que son propuestas de jóvenes no siempre son consideradas por las autoridades.

Otra realidad
Las casas de la Juventud en Otavalo y Tulcán son reconocidas por su labor. En las dos los gobiernos invierten recursos. En el caso de Tulcán incluso cuentan con una infraestructura amplia. Según explican los dirigentes juveniles lo que hace falta aquí es un verdadero compromiso de las autoridades.

Texto sin fotografía publicado por Diario La Hora

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